viernes, 12 de junio de 2009

Un problema de Selección


La Selección Argentina de fútbol marcha en el cuarto puesto de las eliminatorias sudamericanas, con 22 puntos, a 5 del puntero Brasíl, su próximo rival. Bajo la conducción de Diego Maradona ganó 5 de sus 7 partidos jugados, uno de ellos al subcampeón del mundo Francia, 2-0 en Marsella. Convirtió 9 goles y recibió 8 (6 Carrizo y 2 Andújar).



Luego del último partido en Quito, donde perdió 2-0 con Ecuador, desde los principales medios nacionales se comenzó a poner en duda la continuidad de Maradona como entrenador y a criticar con dureza el nivel de juego exhibido por su equipo. Algúnos señalaron el buen trabajo de Heinze, Andújar y Otamendi. Pero nadie atinó a tranquilizar el ánimo de la gente, muy por el contrario eligieron hacer leña del arbol caído y poner en tela de juicio la clasificación al Mundial.

Sabido es que el hincha argentino es exigente. Pero esta característica se potencia más cuando el tema de debate es la Selección. Es que tanto nos llenamos los ojos mirando el fútbol europeo que la ilusión crece todos los fines de semana, con Messi levantando la Champions League, con Agüero haciendo una dupla temible con Forlán, con Demichelis mostrando su temperamento en el poderoso Bayern Munich, con Milito peleando el trono de Cappo Canonneri con Ibrahimovich, y muchos casos similares que nos enorgullecen a la distancia.

Es lógico que la exigencia este, pero con una rigurosidad que se adapte a la eliminatoria sudamericana y no al fantástico fútbol europeo. No le pidamos a Messi que gambetee a los 4 defensores colombianos y la clave en un ángulo. No le pidamos a Milito que entre 30 minutos y se parezca al gran Batistuta. No le pidamos a Verón que despliegue ese fútbol exquisito que practica con el mediocampo de Estudiantes. Hace 3 años que juegan juntos, es imposible igualarlo en un par de meses. No le pidamos nada a este equipo, solo que clasifiquen al Mundial. Es una banda en plena formación, todavía hay muchos que no saben que instrumento deben tocar, si seguirán en el grupo o serán reemplazados, si Diego confía en ellos o no. Y nosotros lo único que pretendemos es que entren a la cancha y funcionen como un orquesta de primer nivel. Ojalá se pueda alcanzar ese rótulo una fecha antes de finalizar el calendario 2009.

Como se suele decir, no hay que pedir más peras al olmo. El nivel futbolístico no es el único item que se debe mejorar; la actitud y el carácter del grupo resultará fundamental para los cuatro partidos restantes: Brasíl en Bs. As., Paraguay en Asunción, Perú en Bs. As y Uruguay en Montevideo. En el primer ciclo de Bielsa como entrenador, la eliminatoria la ganó de manera brillante, en la Copa América 99 fue eliminado por Brasíl en cuartos de final y en la 2004 cayó en la final por penales ante la “verdeamarella”. Mundial 2002, primera ronda, última fecha, sólo el triunfo servía para clasificar a Octavos: 1 a 1 con Suecia. En la Copa Confederaciones 2006 llegó hasta la final, pero Brasíl le dio una lección y lo goleó 4 a 1. En la Copa América 2007 también se repitió el triste desenlace, bajo la conducción de Basile: 3 a 0 para el Scratch. En todos los casos, más que fútbol y ganas, faltó actitud, carácter, temple, fortaleza para afrontar un momento clave en la vida de cada jugador.

Es trabajo para el entrenador, que deberá analizar cuales son los 11 mejores para Sudáfrica 2010, darles rodaje e inculcarles el amor, el respeto, la entrega, la rebeldía que él ofreció por la celeste y blanca en que cada partido, y que se potenciaba en los partidos definitorios, en los clásico “a todo o nada”. Porque de paradas bravas, nadie conoce más que el “10”.

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