Muchos responsables, mucho ego, mucha soberbia, mucho público, mucha angustia, muchos reproches y las manos vacías. Defensor Sporting ganó en la mismísima Bombonera, dio el batacazo del año y se llevo la clasificación a Cuartos de final de la Copa Libertadores. Justamente por éste certamen, el local no perdía en su cancha desde el 1-0 con Paysandú en 2003. De todas formas, ésa Copa la ganó. Ésta, ya no.
El local mostró un esquema defensivo muy prolijo, sufrió poco, hizo el gol que necesitaba, en pocas palabras fue efectivo. El gol de De Souza en el PT dejó pasmados a los aficionados Xeneizes, que de igual forma intuyeron una nueva noche difícil de Copa, pero con un buen final. Error. Boca nunca logró torcer al guardavalla SIlva, careció de ideas para llegar con peligro porque Riquelme no tomó la posta, como lo pedía el partido. Los ya clásicos cambios apresurados de Ischia no hicieron más que generar desesperación y desconcierto en el equipo y también en sus hinchas.
El final del partido marcó la primera eliminación de Boca en Octavos de final, contando desde el 2000 hasta aquí. Y también comenzó el pase de facturas para gran parte de los que protagonizaron este fracaso. Uno de los más señalados a la hora de buscar culpables fue el presidente Jorge Ameal, que contrato a Carlos Bianchi por una suma por demás inusual y exagerada para un mánager en la Argentina. A la tremenda inversión económica se le sumó la presión que ejerció el ex entrenador de Vélez sobre Ischia, dado que ante cualquier tropezón del "Pelado" se especulaba con la posible sucesión de Bianchi. Sería injusto caerle a Riquelme en estos momentos si se toma en cuenta que desde su vuelta a fines de 2007 logró una Libertadores, una Recopa y un Apertura.
Desde la prensa se habló masivamente de el final de un ciclo, aduciendo falta de motivación, desgaste físico y disputas internas entre los más grandes y con más experiencia en el club (Palermo, Palacio, Riquelme, Ibarra, Morel Rodríguez, Battaglia, Abbondanzieri, Vargas). Puede que la dirigencia piense en un recambio para los próximos seis meses, pero es inoportuno de parte de los medios vaticinar semejante quiebre en la plantilla de el club más exitoso de América en la última década. No van a escasear los análisis, las reflexiones, los balances, pero lo cierto es que la Copa perdió a uno de sus grandes protagonistas. O Boca perdió la Copa.